Es el primer Beato románico hispano conocido, hoy una obra maestra del románico internacional. De los más creativos respecto a la iconografía tradicional; el Beato de El Burgo de Osma, es uno de los mejor conservados de las dos primeras ediciones originales del Beato.
Por esto la reciente edición crítica del comentario de Beato, publicada en la prestigiosa serie del «Corpus Christianorum» por el prominente especialista de la Vetus Latina, profesor Roger Gryson (Universidad de Lovaina), está ilustrada por las miniaturas del Beato de Osma (en imitación de la maqueta de un códice de Beato).
Ciertas noticias en el códice nos informan sobre su dato y también sobre sus autores: comenzado en 1086 (probablemente el 3 de enero), fue escrito por el presbítero Pedro e iluminado por el pintor Martino. Los caracteres paleográficos y codicológicos indican que el códice fue originado en el monasterio de San Facundo y San Primitivo de Sahagún, centro de la reforma cluniacense muy importante y uno de los lugares preferidos de los reyes Fernando I y Alfonso VI.